16 de septiembre de 2006
Palacio Nacional imponente como siempre luce pendones de colores patrios en sus balcones, adecuado para la ceremonia del grito de independencia que nunca tuvo lugar ni cabida la noche anterior. Dos líneas de elementos policíacos lo resguardan detrás de tímidas vallas, adentro está el ejército atento. Palacio es testigo pétreo de la convención nacional democrática donde Andrés Manuel López Obrador se proclamará a si mismo presidente legitimo de México. .
Los dueños del circo
De espaldas a Palacio Nacional se encuentra el templete principal de la convención nacional democrática. Dos hileras de bocinas y una pantalla están sostenidas por grúas marca Tadano y Kato. Ahí en la zona exclusiva del templete Luis Mandoki habla por teléfono. Gerardo Fernández Noroña luce su rompevientos amarillo marca Tommy Hilfiger. Con guayabera blanca de elegante manga larga el senador Carlos Navarrete camina con calma de un lado a otro por la parte posterior del templete mientras recibe o da instrucciones, no lo sabemos, por su teléfono celular de última generación. En las primeras filas detrás del orador en turno todos lucen atentos pero no escuchan, saben que colocarse ahí es requisito necesario para legitimar su liderazgo con la tribu que pastorean.
A lo lejos y en las alturas, la izquierda elegante y exquisita, con reservación previa, observa desde los balcones y ventanas de la antigua construcción de mercaderes al otro lado de la plaza de la constitución.
Las elites gobernantes perredistas hacen lo propio desde los edificios del gobierno del DF y del antiguo ayuntamiento, lo único que parece faltarles son martinis y música lounge.
Después de algunos discursos una voz indígena da la bienvenida en náhuatl, pocos entienden pero después de una pausa se escuchan gritos cargados de loas, sazonados con aplausos. Viene la traducción al español y luego continúa el discurso en su idioma original. Con la plaza del zócalo a reventar el sonido de un congo acompaña el cantar prehispánico, un bálsamo para los oídos a pesar de la mala sonorización.
Un danzante azteca esparce vapores de copal y riega el sonido del ayoyote con sus tobillos, el espíritu del agua, del corazón y de la piedra, dice orgulloso.
Ya hay una larga fila en espera para limpiar un poco el alma.
En su discurso Malú Micher cita máximas de José Martí, heroicas hazañas de Morelos, a Hidalgo, pareciera que de poco ha servido la temporada de lluvia y la sequía intelectual y de ideas propias persiste en la siempre oportunista clase política. Como mala telonera la gente la abuchea, quiere ver a la estrella de la temporada; Obrador, Obrador, gritan los más desesperados.
Delegados acarreados
En los diversos rostros de la gente se mira el hartazgo, pasan de las seis de la tarde algunos llegaron al DF desde la noche anterior provenientes de muchos de los pueblos del México rural. Cansados de esperar todo el día, de soportar el calor del mediodía y la posterior lluvia, pero también harta de esperar durante décadas justicia social, pese a ello aguardan para proclamar, ratificar, a Andrés Manuel López Obrador presidente legitimo de México.
Son un millón doscientos mil delegados según pregona el sonido local, no sólo el zócalo está copado de gente también las principales calles, Madero, Cinco de Mayo. Espacios donde se realizan asambleas para expresar, desahogar, los estragos del neoliberalismo económico, del mal gobierno y lo que resulte.
La CND de Tlalpan se encuentra afuera del Starbucks de la calle 16 de septiembre, siempre será bien visto ser revoltoso y rebelde pero sin perder el estilo ¡Que viva el pueblo! ¿O no, güe'?.
Entre la multitud es obvio distinguir niños y niñas; jóvenes y adultos mayores, algunos en sillas de ruedas acarreados por el ímpetu del agradecimiento, previa visita de una trabajadora social a su domicilio con la velada amenaza del retiro de la pensión alimenticia. Los viejos por ahora la han librado aunque poco a poco son vencidos por la siesta de la tarde.
Además del mar de gente, las siglas de organizaciones corporativas inundan el paisaje, con los caporales de los grupos de poder de la izquierda al frente, por ahí perdidos deambulan los eternos analistas políticos de banqueta con la jornada o el proceso en el sobaco. Este día conviven en el mismo espacio americanistas y chivas, hasta niños pumas que saben porque están aquí pero no lo entienden.
Votación simulada
Un enorme shh se escucha en el zócalo, viene lo bueno: La votación de los resolutivos de la cnd, algunos son; el desconocimiento de Calderón como presidente de México, qué dijeron? dice uno que no escuchó bien, usted levante la mano que a eso vinimos a votar, le contesta otra voz anónima; abolición del sistema de corrupción y privilegios, es la utopía; reconocimiento de amlo como ganador de las elecciones del 2 de julio y ratificación como presidente legitimo de México, pre-si-den-te, pre-si-den-te, corea a una sola voz el monstruo democrático; Arreglado el punto anterior viene la primera votación cerrada el presidente legitimo toma posesión el 20 de noviembre o el 1 de diciembre, al final se impone el 20 de noviembre, era algo así como las batallas de aplausos en eventos sociales, los de este lado contra los de este otro lado.
Se forman comisiones de política nacional, de resistencia civil aquí es designado, entre otros, Carlos Imaz, la plaza grita; Imaz no, Imaz no.
Segunda imposición democrática; Imaz sí.
El turno del predicador
Por fin y para cerrar el evento el líder toma el micrófono; habla, habla y habla, da vueltas sobre el mismo discurso de los últimos años, la gente goza que lance consignas contra los poderosos, contra los hombres del dinero. Es una hipnosis colectiva, la masa es ahora dócil y está dispuesta a morir por la causa si el líder lo solicitara. ¿Cuál es el truco para tal entrega? Decir las palabras que la gente quiere escuchar y respaldarlo con la prefabricada imagen de austeridad, el benefactor de los desposeídos. A estas alturas el objetivo de controlar a ese monstruo incondicional es contener el caos, que la violencia hacia el sistema no vaya más allá de las mentadas de madre colectivas, reunirse para descargar la furia.
Pueden ir en paz la misa ha terminado
Al final ríos de gente fluyen hacia el eje central, hacia Izazaga, de nuevo al bus, al auto. Andrés Manuel logró una vez más su objetivo, colocar el tema electoral sobre la mesa, sentar las bases para la creación de un nuevo partido político y atraer la atención de la prensa internacional que hoy da cuenta de la convención. Y por supuesto, darse un sauna de pueblo.
Pareciera que la sociedad civil está de regreso, aquella que Marcos intentó despertar al inicio del foxismo con el zapatour, pero no es así. Lo que está tarde noche se vio fue el poder de la calle, el poder de la movilización.
domingo, septiembre 17, 2006
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1 comentario:
Eh!!!!!! Post, ahora ya que mostre mi alegría, a leerlo.
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