viernes, febrero 10, 2006

Querido Juan


Hoy muchos despertamos con la triste noticia de que Juan Soriano falleció a las tres de la madrugada en una fría cama del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán.

Dos cosas quedan tatuadas en este cerebro.

1.- Bety Blú y su servilleta nos fuimos a vacacionar al mundo maya en el verano del 2002, ahí encontramos una escultura del toro a un costado de la catedral de la ciudad blanca. Quedamos sorprendidos con la boca abierta y todo, pero aprovechamos para tomar una foto.

2.- Bety Blú y su servilleta fuimos a la presentación de un libro una noche de otoño en el museo Rufino Tamayo. Ahí estaba Juan Soriano para ver el trabajo de Juan Carlos Pereda uno de los colaboradores en Tamayo Ilustrador.

Me acerqué junto con mi amada Blú sólo para darle las gracias al escultor por brindarle al mundo cosas tan chingonas.

Juan Soriano nos miró con cara de "qué pedo con estos cabrones?" y dijo:

Nooo (ese nooo con tono tapatío por favor) si todas las obras que yo hago son para ustedes y ahora las hemos tenido que mostrar en la calle por que la gente ya no quiere ir a los museos porque se aburre y le parecen muy ceremoniosos. Y el arte no es así, el arte es para disfrutarlo.


Hasta siempre querido Juan Soriano. Gracias de nuevo donde quiera que te encuentres.

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